Hace unos días el profesor Juan Rosillo colocó algunas reflexiones personales sobre la labor docente en su perfil de twitter, las compartimos en #ECSenlaweb y muchos despertaron un gran interés en el tema. Alumnos y profesores asistieron a la visión que el profesor planteó:



Sabemos que mucho se genera alrededor de una imagen con jerarquía, sin embargo no es un cliché decir que los profesores también son humanos. Hicimos un recorrido por las redes de nuestros profesores, preguntamos abiertamente qué era para ellos ser profesores. En el paneo podemos decir que ser docente universitario tiene tantas definiciones como el amor, tan personales e íntimas todas, como cada uno de los que conforman nuestro cuerpo docente.

Entre visiones y excepciones, podemos colocar los puntos confluyentes de una labor casi de caracter religioso. La vocación es el espíritu de la docencia, la formación de criterio a través de la orientación es la motivación, las mentes, corazones y espíritus que cambian después de un curso es la verdadera retribución. Seres humanos que deciden servir a una sociedad, a un país, a un mundo, a través de una profesión.

La profa. Carla Alvarenga ha popularizado una etiqueta que sus colegas bien han sabido humanizar #sobreserprofe es un rol que sólo desde el amor, la ética y el compromiso se puede llevar a cabo con los resultados que el mundo exije. Para los profesores no hay tarima, no hay verdades absolutas, hay una responsabilidad muy grande de formar los encargados de un futuro, de su futuro y del de todos.

Bienvenidos los comentarios de todos aquellos cuya vida se engrandece con esta vista:

Foto:http://ow.ly/93bql de Profa. Melanie Perez Arias.

2 Responses so far.

  1. Muy buena reflexión, soy estudiante (de la ECS) y también docente (secundaria). Al principio cuesta manejar los dos roles, entender lo que se es y, peor aún, es en ese momento cuando la conciencia entra en funcionamiento de lo que se hizo y se hace. Decir "no hacer lo que nos hicieron" es muy extremo, si nos hicieron algo que era por nuestro bien, ¿por qué no aplicarlo? - si se mejora el método, ¡excelente! -.
    Casualmente antes de escribir este comentario, me encontraba conversando con una de mis alumnas, no sobre mi materia, sino sobre la vida. Muy aleccionadora la conversa y en ningún momento se tuvo la distancia profesor-alumno, porque a fin de cuentas: somos humanos.

  2. Ser docente ha sido todo un descubrimiento. No haber esperado mucho para pasar "al otro lado" del aula me ha permitido ver muchas cosas que no veía como alumno. Siempre será vocación, siempre. Y además de eso, es la eterna ilusión de dejar algo en esas personas que pasan por las aulas. A veces se logra, a veces no. Cierto, somos humanos y justamente en ese intento, podemos fallar. Mi filosofía siempre ha sido "dar clases como me hubiese gustado recibirlas a mí" y mira, hasta ahora ha dado sus frutos.